lunes, 26 de enero de 2009

Cómo yo no va a quererte nadie.

Hay una frase que he oído hasta la saciedad. No sólo de forma reciente, sino desde los tiempos más antaños. "Como te quiero yo no va a quererte nadie". He pensado en ella y teniendo en cuenta mi condición de estrellado como bien mi nombre indica, tengo que admitir que no la entiendo. ¿De verdad somos tan sabios para saber que no existe nadie en este mundo de unos cinco mil millones de personas que pueda amar con la intensidad suficiente para superarnos? Esta sabiduría del ser humano me desborda. Qué pena ser tan ignorante.

Nunca me ha gustado dedicar canciones o poemas que no haya hecho yo mismo. A pesar de lo fácil que son estas dedicatorias sin mérito alguno. Hay millones de poemas y de canciones que hablan sobre las situaciones más diversas. Y seguro que encuentras alguna que trate de manera fidedigna tu historia, tanto, tanto, que seguro que exclamas "¡Pero si ésta podía haberla escrito yo!" Y luego, también tenemos la inestimable colaboración de algunos programas y locutores de la radio que en sus programas tienen una sección para que fulano X dedique una canción a fulana Y. Quizá yo esté demasiado pasado de vueltas, pero éste acto me parece absolutamente lamentable.

Esta es la historia de Pilar y de Javier, supongamos, dos amigos. Una noche Javier estaba en su casa, después de un duro día de trabajo en el gimnasio. Escucha la canción de Chayanne "Fantasía" "Y mientras tú, seguirás buscando aparte, el calor que yo sé darte, y que siempre ha estado aquí" Dos lágrimas, una por cada ojo, le resbalan por las mejillas sin que él lo pueda evitar. Se toca la mejilla izquierda y palpa el resto húmedo de la lágrima mientras piensa en su terrible mala suerte. Pilar ha cenado con él y le ha contado todos sus problemas. Se ha enamorado de Diego, un conocido de Javier, y resulta que no le hace caso. Pilar ha llegado incluso a llorar durante la cena. A veces, la poca edad es un mal mayor, nos hace ser ignorantes. Javier siente que su sangre hierve, hierve de indignación hierve de celos. Javier no puede explicarse cómo puede existir una persona que sea capaz de rechazar a Pilar. Y también hierve de alivio. Porque una aceptación de Diego, significaría el final de las posibilidades de Javier.
Javier piensa en otro dilema que le acaba de venir a la mente. Si Pilar ama a Diego, eso significa que no me ama a mí y, por tanto, no tengo la más mínima posibilidad. Javier siente su pecho inflamarse por la desesperación, por el desfile de ideas que no dejan de ser eso, ideas y no realidades. "Y mientras yo, viviré de fantasías, inventando que eres mía y que estás loca por mí" La canción está llegando a su fin y la tristeza de Diego y sus desesperación no han hecho más que comenzar. "Yo te amo muchísimo más que ese estúpido de Diego. ¿Por qué no me quieres? Yo te haría feliz, yo te quiero, yo te doy todo lo que tengo..." La fiebre de la ignorancia lo consume. Piensa en hablar con Pilar, decirle todo. Pero desecha esa idea. Pilar acaba de hablarle de sus sentimientos hacia Diego y no tendría ningún sentido que mañana le hablase de sus sentimientos hacia ella sabiendo que Diego ocupa su corazón. Ya se ha sentido demasiado estúpido disimulando que lloraba porque sentía mucho la situación de Pilar por su amor no correspondido, por hacer grandes esfuerzo para ocultar que lloraba no por su amada, sino por las palabras de ésta. Las palabras, el arma más letal de cuantas existen. Quería seguir pareciendo estúpido a los ojos de Pilar y no confirmar que, efectivamente, lo era.
Javier sueña con un playa de aguas tranquilas y transparentes. Un sol asoma de forma débil por el cielo del crepúsculo y escucha el sonido de la risa de Pilar. La mira a los ojos. Puede verse reflejado en esos ojos del color de la miel y de su misma dulzura. Su cabello ondea al viento y Javier siente algo semejante a la plenitud del que nada más puede desear en esta vida. Casi puede sentir el aliento de Pilar cerca de sus labios cuando suena el despertador. Javier se despierta enfadado. Rompe el despertador por haberse atrevido a privarlo de lo más desea en este mundo. Piensa que ese sueño le ha querido decir algo y decide hablar con Pilar. En fin, más bajo ya no puede caer y sólo tiene algo que ganar. Ya lo ha perdido todo.

Llama a Pilar al medio día. La invita a comer. Pilar acepta. Javier termina el bote de colonia que estrenó ayer con los nervios. Parece que ha salido de la fábrica de channel en vez de su casa. Javier vuelve a pensarlo. Comerá con ella, la podrá ver, hablar con ella, oír su voz. Pero luego volverá a casa derrotado, con los ojos llenos de lágrimas que ha tenido que contener haciendo esfuerzos sobrehumanos. Javier quiere darse un golpe en la cabeza para que las ondas de choque lo iluminen en cuánto a lo que debe hacer. Está nervioso, mucho más de lo que lo ha estado nunca. Pilar ya ha llegado cuando llega él. Puede que sea su imaginación pero ocurre algo que él consideraba imposible la noche anterior, cuando la dejó en su casa. Está aún más bonita. Se sientan y piden.
-Pilar, ya no puedo más con esto. Necesito decirte que estyo enamorado de ti y que te quiero.
Pilar se queda muda. Sus delicadas mejillas parecen adquirir un color rojizo. Hace un intento de hablar. Duda. Parece sopesar la situación.
-Javier, yo estoy enamorada de Diego. Y me duele hacerte daño. Eres mi amigo.
-Pero como yo te quiero, jamás va a quererte Diego. Yo jamás te haría llorar.
-Estoy segura que dices la verdad...
-¿Entonces?
-Es eso, Javier. Yo no siento por ti más que una gran amistad. Hace tiempo que sé que me amas y he intentado enamorarme de ti, pero... No puedo. Sé que dices la verdad cuando afirmas que Diego nunca me querrá como me quieres tú. Pero el calor de tu amor no es bastante y al final no saldría bien. Tendríamos que querernos los dos y... no es el caso. Lo siento.

Pilar permanece el resto de la comida sin saber qué hace ni qué decir. Está contenta, porque ha dicho la verdad. La mayoría de la gente dice mentiras para quedar bien y que a la larga, hacen más daño. Seguro que alguna vez nos hemos preguntado cómo es posible que Pilar siga con Diego visto como la trata. "El corazón tiene razones que la razón no comprende" Es así. Javier no entiende nada. No termina de comprender porque Pilar no lo acepta a él. Javier acaba de entrar en el universo de los sin remedio. Aún tiene un largo camino de aprendizaje de las heridas de la vida por delante.

3 comentarios:

Treinta Abriles dijo...

En mi opinión, Javier ha actuado como debía hacerlo. No lo ha perdido todo. Se tiene así mismo.

¿Hubiese sido mejor ocultar su amor mientras escucha las historias de un pavo llamado Diego?

Laura Garza dijo...

Tienes razón. Y sabes? Lo más triste es que es mi caso, jajajaja. Soy una "Javier" enamorada de un "Pilar"... qué patético, verdad?

Masoquismo, eso es.

Me pusiste a pensar con tu escrito. Gracias. Un saludo desde México!

Juanjo dijo...

Exacto Treinta Abriles. Lo que ya no sabemos es si Javier ha podido perder la amistad de Pilar porque simplemente, ella no puede corresponder a su amor. Era mucho lo que podía ganar y sólo había una cosa que perder. Si la pierde, esa distancia que queda cura las heridas, aunque sea un tiempo de gran dureza y dolor

Laura, no es patético. Todos en algunos momentos hemos sido Javier o Pilar. Este escrito es una parodia de esas personas que piensan que el amor de uno es suficiente. Pueden decirte "Cómo ese hombre nadie va a amarte" Y es posible que sea cierto. Pero, ¿qué ocurre en tu corazón? ¿Amas a ese hombre que tanto te quiere? Si tu corazón no es capaz de sentir lo mismo, habrá muy poco qué hacer. Otro saludo para ti, esta vez, desde España.